Un suspiro silencioso - Parte I
Me acerqué a ella despacio. Sus ojos miraban los libros que estaban situados en la estantería de su habitación. Trataba de evitar que notara que me estaba aproximando, arrastré un pie y después el otro para colocarme justo rozando su espalda. Noté como su cuerpo se quedaba firme y el libro que sostenía entre sus manos caía suavemente sobre la mesa, producto del desconcierto del momento. Después de recapacitar unos instantes, le susurré despacio y con un tono excitante al oído: - Voy a enseñarte cosas que no vienen en tus libros.
Ella se quedó inmóvil y tras percibir su reacción, decidí juntarme un poco más con su espalda. Parecía como si se hubiese, por un instante, convertido en piedra. El único indicio de movimiento partía de sus manos que temblaban ligeramente conforme yo me atrevía a actuar. El silencio y la quietud se apoderaron del cuarto, y dado que yo no podía dejar que la oportunidad se me escapase actué sin pensarlo lanzándome al vacío. Esperando a que ella reaccionara de alguna forma no muy agradable, pasé con temor mis brazos partiendo de cada lado, hasta que mis manos llegaron a entrelazarse en el centro de su ser. Ella se sobresaltó por un instante. No sabía si realmente estaba consiguiendo algo o si simplemente, estaba tan atemorizada como para salir corriendo y dejarme allí. Notaba su calor trasportándose desde su espalda a todo mi cuerpo, percibía su olor, el de su pelo, notaba como se estremecía cada vez que un atisbo de mi aliento golpeaba contra su cuello y todo hacía que me excitase más y más.
Me pareció por un momento que no le estaba desagradando la situación, cada vez que me decidía por acercar mi aliento y acariciar con mi respiración cada rincón de su cuello, sus manos comenzaban con un temblor más pausado, su respiración se aceleraba de una manera sensual y de vez en cuando no podía evitar que un suspiro silencioso saliera del interior de su alma.
Ella se quedó inmóvil y tras percibir su reacción, decidí juntarme un poco más con su espalda. Parecía como si se hubiese, por un instante, convertido en piedra. El único indicio de movimiento partía de sus manos que temblaban ligeramente conforme yo me atrevía a actuar. El silencio y la quietud se apoderaron del cuarto, y dado que yo no podía dejar que la oportunidad se me escapase actué sin pensarlo lanzándome al vacío. Esperando a que ella reaccionara de alguna forma no muy agradable, pasé con temor mis brazos partiendo de cada lado, hasta que mis manos llegaron a entrelazarse en el centro de su ser. Ella se sobresaltó por un instante. No sabía si realmente estaba consiguiendo algo o si simplemente, estaba tan atemorizada como para salir corriendo y dejarme allí. Notaba su calor trasportándose desde su espalda a todo mi cuerpo, percibía su olor, el de su pelo, notaba como se estremecía cada vez que un atisbo de mi aliento golpeaba contra su cuello y todo hacía que me excitase más y más.
Me pareció por un momento que no le estaba desagradando la situación, cada vez que me decidía por acercar mi aliento y acariciar con mi respiración cada rincón de su cuello, sus manos comenzaban con un temblor más pausado, su respiración se aceleraba de una manera sensual y de vez en cuando no podía evitar que un suspiro silencioso saliera del interior de su alma.
Creación - TheRoSs
Publicar un comentario