Ignorancia y fantasía
¿Sabéis? De pequeña era ignorante, tal vez demasiado. Pensaba que todo a mi alrededor se llamaba cómo yo, que sólo existía el lugar en el que vivía y que el día y la noche era la representación de mi estado de ánimo. Creía que en aquel luminoso punto en el cielo llamado Sol habitaba una niña que estaba sola y que pedía ayuda mediante aquellos rayos de luz; y que la Luna se trataba de mi entrañable perrita que perdí hace muchos años.
¡Incluso estaba convencida de que los semáforos eran manipulados por unos bichitos minúsculos que trabajaban las veinticuatro horas del día para controlar el tránsito!
Pero poco a poco, a medida que crecía, fui enterándome de la realidad, de dónde estaba, qué era. Vi unos dibujos que contenían los cinco continentes de la Tierra, entendí por qué llovía, por qué existía el día y la noche y, lo que más me fascinó, fue descubrir la gran inmensidad del universo. El ver todas estas cosas me hizo reflexionar y aprendí a valorar lo que tenía y a no creerme el centro de todo.
Me considero una persona soñadora, a veces demasiado ya que siempre me imagino algo perfecto y fantasioso, pero acabo dándome de bruces con la vida real. Tal vez por eso siempre trato de poner una barrera entre lo que sucede a mi alrededor mientras me escondo en mí misma, porque odio que todo sea tan fugaz y simple. Añoro vivir unas aventuras increíbles con mis compañeros de viaje en las que juntos podemos hacer cualquier cosa, ayudamos a las personas, vencemos a los enemigos con nuestros dones y somos protagonistas de fantásticas historias de amor. Aunque sé que no puedo.
De todas formas, estoy contenta de cómo es mi vida, pero siempre se puede mejorar y es lo que trato de hacer.
¡Incluso estaba convencida de que los semáforos eran manipulados por unos bichitos minúsculos que trabajaban las veinticuatro horas del día para controlar el tránsito!
Pero poco a poco, a medida que crecía, fui enterándome de la realidad, de dónde estaba, qué era. Vi unos dibujos que contenían los cinco continentes de la Tierra, entendí por qué llovía, por qué existía el día y la noche y, lo que más me fascinó, fue descubrir la gran inmensidad del universo. El ver todas estas cosas me hizo reflexionar y aprendí a valorar lo que tenía y a no creerme el centro de todo.
Me considero una persona soñadora, a veces demasiado ya que siempre me imagino algo perfecto y fantasioso, pero acabo dándome de bruces con la vida real. Tal vez por eso siempre trato de poner una barrera entre lo que sucede a mi alrededor mientras me escondo en mí misma, porque odio que todo sea tan fugaz y simple. Añoro vivir unas aventuras increíbles con mis compañeros de viaje en las que juntos podemos hacer cualquier cosa, ayudamos a las personas, vencemos a los enemigos con nuestros dones y somos protagonistas de fantásticas historias de amor. Aunque sé que no puedo.
De todas formas, estoy contenta de cómo es mi vida, pero siempre se puede mejorar y es lo que trato de hacer.
Creación - Asuka
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